Recientemente me preguntaron cuál era la historia detrás de este retrato, esta fue mi respuesta:
“Ella vive en la Sierra, con su familia y junto a las mujeres que la rodean. Su casa está alejada, así como están alejadas todas las casas. Su patio trasero es la Sierra, de majestuosas paredes que se incendian cada mañana y cada atardecer. No habla mucho, su silencio es constante; sin embargo reverbera un mundo interno, rico en conocimientos y sabiduría. La sabiduría que otorga la naturaleza, que otorga la tierra al caminar descalza y los secretos que los cielos determinan. Sabe que la vida no tiene compasión, y que la existencia engloba tristeza. la tristeza pura que atraviesa las miradas de los seres vivos cuya conexión con la tierra sigue intacta. En acecho constante, guarda esperanza.
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I was recently asked what was the story behind this portrait, this was my reply:
She lives in the Sierra, with her family and with the women around her. Her house is remote, as all houses are. Her backyard is the Sierra, majestic walls that burn every dawn and every sunset. She does not talk much, her silence is constant; however a rich inner world filled with knowledge and wisdom reverberates. The wisdom that nature confer, that soil grants when walking barefoot, the secrets that heavens determine. She knows that life has no compassion, and that existence encompasses sadness. The sadness running through the eyes of living beings whose connection to the land remains intact. In constant lookout, hope is being kept.